Nube número 13.
A veces sueño que sueño contigo, q refluyen por mis venas los momentos no vividos, que se unen las palabras y las mentiras, las verdades y las estrofas. Donde te unes a mi piel y a mis sentidos, dónde tu recuerdo me hace inmune al escenario del olvido, dónde contigo voy a los límites del orgasmo. Dónde subo, y dónde bajo, desde el punto más alto de las nubes, hasta el final de las raíces del asfalto. Para que tú también sueñes conmigo, y de esa manera poder conseguir mis anhelos, y que se fundan tu almohada y la mía, y se deshagan trozos de corazón por la ropa y la cama. Para que sea así el único paraíso en el que mis ansias se sacien y mis extrañezas se vuelvan normales, encadenada a tus vicios, ahorcada en tu pelo, sabiendo como quererte de todas las formas, y volver a escupir los caprichos debajo del colchón, dilatarnos las pupilas, y mirar dentro de ellas lo que odias por saber que tus sabanas estan tan frías como siempre que no estamos juntos.
Pensar que Madriz se vuelve de colores si estas tú, y que Granada estaba preciosa contigo... Pensar que después de todo me empapas de sudor y me alejas de este ruido.
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En el camino hacia ninguna parte
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-Y ¿cómo sabes tú si yo estoy loca? le preguntó Alicia.
-Has de estarlo a la fuerza -le contestó el Gato-, de lo contrario no habrías venido aquí. "
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-Y ¿cómo sabes tú si yo estoy loca? le preguntó Alicia.
-Has de estarlo a la fuerza -le contestó el Gato-, de lo contrario no habrías venido aquí. "
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domingo, 25 de octubre de 2009
jueves, 10 de septiembre de 2009
Cuento 26
De me cuelas y te cuelo, a me amas y te amo.
Esta realidad ingravita, q me hace flotar en la órbita de lunas rotas...
Y tus labios, tus labios de caramelo, de fresa, de café con leche y mucho azucar...
Podria empezar desde el principio pero me he quedado entre el pasado y el futuro, y ahora solo qiero imaginarme la calidez de frio que traes a veces, o q te contagio con las manos.
Me gusta pasar las mañanas con mi almohada en tu cama y romper con el cristal de los relojes q me dicen q no, q se pasa el tiempo y me tengo q ir. Porq yo no entiendo del paso de las horas pero el resto de la humanidad si, y me lleva la contraria y me arrastra lejos de tu casa, sin remordimientos, sin perdones, sin conciencias de ningun tipo y para nadie.
Pero se q algun dia me rebelaré, algún día me ataré a tu portal, y q me arrastre el viento del tiempo q las cadenas son fuertes y si digo q no esq no. Y esa noche no volveré a mi casa; Lloverán mariposas, y me qedaré contigo.
Esa noche...
Y la siguiente.
Y la siguiente...
Hasta que suene el despertador.
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Esta realidad ingravita, q me hace flotar en la órbita de lunas rotas...
Y tus labios, tus labios de caramelo, de fresa, de café con leche y mucho azucar...
Podria empezar desde el principio pero me he quedado entre el pasado y el futuro, y ahora solo qiero imaginarme la calidez de frio que traes a veces, o q te contagio con las manos.
Me gusta pasar las mañanas con mi almohada en tu cama y romper con el cristal de los relojes q me dicen q no, q se pasa el tiempo y me tengo q ir. Porq yo no entiendo del paso de las horas pero el resto de la humanidad si, y me lleva la contraria y me arrastra lejos de tu casa, sin remordimientos, sin perdones, sin conciencias de ningun tipo y para nadie.
Pero se q algun dia me rebelaré, algún día me ataré a tu portal, y q me arrastre el viento del tiempo q las cadenas son fuertes y si digo q no esq no. Y esa noche no volveré a mi casa; Lloverán mariposas, y me qedaré contigo.
Esa noche...
Y la siguiente.
Y la siguiente...
Hasta que suene el despertador.
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miércoles, 5 de agosto de 2009
Cuento 25
Entre gritos y litros de alcohol.
Hay días que me dan por los vicios y la necesidad. Y por ejemplo, te despiertas y me dan ganas de salir corriendo para no volver, para no caer en la tentación de tenerte cerca y encerrarme en tus cuentos para no dormir.
Porque a veces me acuerdo de cuando ibamos en metro a todas partes, y yo aprovechaba para escribirte prosas de amor y tristeza de vuelta a casa.
Y tú me decías que que bonito era todo, y me hacías dibujos con corazones, y poesías bizarras...
Y yo sigo aqi, sentadita esperando a q me tumbes, o a q me pongas sobre tus rodillas a pedirte deseos de magia y color; A pedirte deseos de esos de siempre y a pedirlos como nunca lo hago.
Y esq eres tú, q me conoces y q de vez en cuando te acuerdas de cada escondite en mi alma, de cada rincón en mi cuerpo, de todo ese aura que me rodea, o de hasta donde vas a quitarme la ropa...
También me acuerdo todos los días de cada noche que paso sin tí, y de todas las que paso contigo. Y de que cuando estamos solos los dos en la cama apretujados al lado de la almohada después de tener guerra, te digo más bajito que de costumbre que me gustas, que me gustas mucho y tú te ries y me dices tonta en voz baja también.
Recuerdo además todos los minutos por teléfono y todos los segundos a la cara en los que me has contado cada cosa de tí de las que ahora conozco tan bien y me parece increíble que después de todo a ti también te gustase el olor a lluvia, los frutis, los perros grandes, pisar los charcos y abrazarte al dormir...
Por eso estoy deseando que llegues cada noche a decirme que venga, que me guardas un hueco en tu ropa, entre la luna y la pared y a los pies de la cama .
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Hay días que me dan por los vicios y la necesidad. Y por ejemplo, te despiertas y me dan ganas de salir corriendo para no volver, para no caer en la tentación de tenerte cerca y encerrarme en tus cuentos para no dormir.
Porque a veces me acuerdo de cuando ibamos en metro a todas partes, y yo aprovechaba para escribirte prosas de amor y tristeza de vuelta a casa.
Y tú me decías que que bonito era todo, y me hacías dibujos con corazones, y poesías bizarras...
Y yo sigo aqi, sentadita esperando a q me tumbes, o a q me pongas sobre tus rodillas a pedirte deseos de magia y color; A pedirte deseos de esos de siempre y a pedirlos como nunca lo hago.
Y esq eres tú, q me conoces y q de vez en cuando te acuerdas de cada escondite en mi alma, de cada rincón en mi cuerpo, de todo ese aura que me rodea, o de hasta donde vas a quitarme la ropa...
También me acuerdo todos los días de cada noche que paso sin tí, y de todas las que paso contigo. Y de que cuando estamos solos los dos en la cama apretujados al lado de la almohada después de tener guerra, te digo más bajito que de costumbre que me gustas, que me gustas mucho y tú te ries y me dices tonta en voz baja también.
Recuerdo además todos los minutos por teléfono y todos los segundos a la cara en los que me has contado cada cosa de tí de las que ahora conozco tan bien y me parece increíble que después de todo a ti también te gustase el olor a lluvia, los frutis, los perros grandes, pisar los charcos y abrazarte al dormir...
Por eso estoy deseando que llegues cada noche a decirme que venga, que me guardas un hueco en tu ropa, entre la luna y la pared y a los pies de la cama .
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martes, 30 de junio de 2009
Cuento 24
Caídas y tropiezos.
Tengo ganas de estar un rato conmigo misma y perderme por esos caminos abandonados, sin asfaltar ni pisar. Q después de tanto tiempo se han llenado de rastrojos, de hierba seca y de barro...
Tengo ganas de volver a ser lo que era, de dispararme las ganas de todo, y las ganas de nada...
Porq todavía hoy echo de menos momentos que no viví, o que viví fugazmente, y que girando la cabeza puedo ver como se alejan..
Y quiero volver.
Echo de menos los pantalones desteñidos. Escribir en las paredes, dibujar en las aceras. Follar de noche y dormirme de día. Merendar tus besos por la calle. Aturullarme de pensamientos y hablar mucho y pensar poco. Tumbarme en algún parque y matar las horas viendo pasar las nubes por el cielo y tus manos dibujando por el suelo. Bajar al sur y llenarme de arena hasta las tetas, que ya sabes que a mi eso del erotismo nunca se me ha dado bien...
Quemarme los pies con el asfalto de la carretera mientras contamos, contamos, contamos y contamos...
Que me llames de madrugada y me alegres el despertar. O los despertares.
O lo que tú quieras alegrarme.
Ya sabes que eso siempre está bien...
Tengo ganas de estar un rato conmigo misma y perderme por esos caminos abandonados, sin asfaltar ni pisar. Q después de tanto tiempo se han llenado de rastrojos, de hierba seca y de barro...
Tengo ganas de volver a ser lo que era, de dispararme las ganas de todo, y las ganas de nada...
Porq todavía hoy echo de menos momentos que no viví, o que viví fugazmente, y que girando la cabeza puedo ver como se alejan..
Y quiero volver.
Echo de menos los pantalones desteñidos. Escribir en las paredes, dibujar en las aceras. Follar de noche y dormirme de día. Merendar tus besos por la calle. Aturullarme de pensamientos y hablar mucho y pensar poco. Tumbarme en algún parque y matar las horas viendo pasar las nubes por el cielo y tus manos dibujando por el suelo. Bajar al sur y llenarme de arena hasta las tetas, que ya sabes que a mi eso del erotismo nunca se me ha dado bien...
Quemarme los pies con el asfalto de la carretera mientras contamos, contamos, contamos y contamos...
Que me llames de madrugada y me alegres el despertar. O los despertares.
O lo que tú quieras alegrarme.
Ya sabes que eso siempre está bien...
lunes, 5 de enero de 2009
Cuento 23
Cero Grados
Un globo,
dos sexos,
tres orgasmos;
cuatro risas,
cinco besos,
seis gemidos;
y ríe la luna por nada.
Siete dudas,
ocho renuncias,
nueve fugas;
diez silencios,
once rosas,
doce docenas de espinas afiladas,
oxidadas con desprecio.
Trece broncas,
catorce puñaladas,
quince duchas de agua helada;
dieciséis deudas,
diecisiete borracheras,
dieciocho corazones bomba;
y la luna llora descuartizada.
Diecinueve abortos,
veinte colillas,
veintiun castillos de arena;
veintidos historias,
veintitres puntos de sutura,
y veinticuatro horas extraordinarias;
y ciento una heridas abiertas,
y trescientas sesenta resacas,
y mil y una noches sin ti...
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