Elenatomicamente.
No queda nada más que el frio, que el viento. Todo se ha marchado por la ventana abierta, y se han volado las razones, los misterios y las incertidumbres. No queda nada, pensaste dejandote cegar por el sol.
No queda ni siquiera la esperanza de que quede algo.
Lo único que queda es la nada extendiendose en el vacio.
Elena espera y está asustada, pero sabe que va a hacerlo bien.
Ya no le da miedo cruzar las puertas.
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